Javier Mina – Biografia Vida y Obra

Javier Mina

La breve y extraordinaria vida de Martín Javier Mina Larrea o mejor conocido como Francisco Xavier Mina, es una de las más interesantes en la historia de la Independencia de México.

A pesar de ser casi un desconocido por mucho tiempo en las relaciones o referencias históricas, no es de extrañar que un poeta como Pablo Neruda lo exaltara en unos versos del Canto General.

En algunos casos se le ha llegado a confundir con su tío Francisco Espoz y Mina, político y general español con notable participación en la Guerra de Independencia de España.

Nació en Otana, Navarra, España, el 1 de julio de 1789. Fueron sus padres Juan José Mina Espoz y María Andrés Larrea, propietarios de una humilde hacienda cerca de la villa de Monreal.

  • Nacimiento: 1 de julio de 1789, Otano, España
  • Fallecimiento: 11 de noviembre de 1817, Cuerámaro, México
  • Nombre completo: Martín Francisco Javier Mina y Larrea
  • Ocupacion: Abogado y oficial
  • Padres: Juan Mina, Maria Lerea

Formación académica de Javier Mina

De su temprana vida, sólo se sabe que destacaba por su inteligencia y su interés por estudiar. Quizás por esa razón, los padres optaron por enviarlo a Pamplona, donde viviría en casa de su tía Simona Espoz y continuaría sus estudios.

En el Seminario de Pamplona hizo estudios de humanidades, latín y matemáticas. De gran importancia fue que allí en Pamplona trabó amistad con Juan Carlos de Aréizaga, coronel retirado de quien aprendería sobre las guerras europeas y el arte de la guerra.

Ingresó a la Universidad de Zaragoza en 1807 para realizar estudios de jurisprudencia, pero al año siguiente los abandonó para incorporarse a la resistencia contra la invasión de los ejércitos franceses en España.

En esa lucha, hizo labores de espionaje en el norte de los Pirineos sobre el movimiento de las tropas invasoras al mando del general Georges D’Armagnac. Participó en varias acciones bélicas que le merecieron su ascenso a teniente general.

Al mando de un cuerpo guerrillero sobresalen sus ataques y emboscadas al ejército francés. Ese cuerpo de guerrilleros encabezado por Mina, llegó a crecer a tal punto, que se convirtió en la mayor resistencia popular que tuvo la invasión francesa.

Aunque había realizado varias acciones exitosas, en marzo de 1810 se vio forzado a dispersar sus fuerzas en varios pueblos. Mina se retiró a casa de su abuela en Labiano, donde al amanecer del día siguiente fue acorralado y herido de gravedad en el brazo izquierdo.

Cuando Napoleón supo de su captura ordenó ejecutarlo, pero no se cumplió esa orden y se decidió mantenerlo como rehén. Por la gravedad de la herida en su brazo se acordó enviarlo al castillo de Vicennes en Francia. Allí estuvo hasta 1814 cuando se le trasladó a Saumur, donde fue liberado en abril.

La lucha contra el absolutismo

A pesar de que había luchado por la restauración Fernando VII y su talante liberal, rechazó la política absolutista del rey. Participó en un alzamiento fallido para retomar Pamplona y restablecer los avances liberales de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.

Junto con su tío Francisco Espoz huyó a Francia donde los apresaron, pero el 23 de abril de 1815 Mino logró escaparse a Inglaterra. En Londres era famoso por sus acciones guerrilleras y buscó el apoyo de los ingleses para fortalecer la resistencia contra Fernando VII.

Ese firme propósito, le facilitó conocer a muchos exiliados liberales españoles y algunas otras personalidades, que por liberales o por intereses económicos, veían con buenos ojos la independencia de las colonias españolas en América.

De esas personalidades que allí conoció resultó ser el más importante fray Servando Teresa de Mier. Para entonces fray Servando estaba planeando una expedición para apoyar a Morelos y al gobierno organizado por el Congreso Chilpancingo.

Se le propuso a Mina dirigir la expedición a México y él aceptó. El 15 de mayo de 1816 zarpó de Liverpool, el bergantín Caledonia, rumbo a Estados Unidos. Además de fray Servando, acompañaban a Mina 22 oficiales italianos, ingleses y españoles, con pertrechos militares y armamento.

El 30 de junio llegaron a Norfolk, Virginia, y recibieron el apoyo de liberales hispanoamericanos y del general estadounidense Scott, quien logró convencer a otros oficiales para que se unieran a la expedición.

Los expedicionarios mantenían su firme intención de llegar a tierras mexicanas, aunque ya Morelos había sido fusilado y el movimiento insurgente apenas se sostenía en las montañas y en las selvas por Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero.

Campaña de Mina en Nueva España

Antes de llegar a tierras de Nueva España, Mina y los expedicionarios pasaron por Haití, en busca de mayor apoyo a la causa de parte del general y presidente Alexandre Petión. Allí tuvo la oportunidad de entrevistarse con Simón Bolívar, a quien no logró convencer de que participara en la expedición.

Después de pasar por territorio norteamericano, el 15 de abril de 1817 Mina y 308 voluntarios desembarcaron en Soto la Marina, Tamaulipas en la actualidad. A su llegada pudo imprimir y distribuir una extensa proclama, pero no logró contar con el apoyo popular que esperaba.

El 24 de abril Mina emprendió su avance hacia tierra adentro y a su paso logró apoderarse de 200 caballos del ejército realista. Hubo entre su gente algunas deserciones, sobre todo de los militares norteamericanos, pero eso no le impidió seguir.

Como hombre de acción que era, actuó con decisión y consiguió varias victorias. La de junio con la toma de Valle del Maíz, el 7 en la hacienda del Jaral, el 15 en la hacienda de Peotillas y el 18 en Real de Pinos.

Últimos días de Javier Mina

El 22 logró unirse a un grupo de insurgentes y el 24 entró al fuerte del Sombrero, entonces defendido por el insurgente Pedro Moreno. El 27 de julio fracasó en su intento de apoderarse de la ciudad de León. Las sucesivas victorias que había obtenido comenzaron a convertirse en derrotas.

Los insurgentes en general fueron perdiendo posiciones ante los asedios del ejército realista. Sin embargo, Javier Mina pudo llegar a Jaujilla donde se había sentado la Junta de Gobierno de los insurgentes y ahí lanzó su última proclama.

Su última acción valerosa fue el intento de tomar Guadalajara, pero fracasó y huyó con Pedro Moreno al Rancho del Venadito. Allí resistieron, pero terminaron apresados. A Pedro Moreno lo decapitaron de inmediato y a Mina lo encadenaron.

Después varios días de intensos interrogatorios, Francisco Xavier Mina fue fusilado por la espalda, por traidor a la corona. El hecho ocurrió en el Cerro del Borrego o Cerro del Bellaco el 11 de noviembre de 1817.